Un ángel para Venezuela

Por: Amanda leal Blanco y Samuel Ramírez

Archivo: Oscar Olivares

  

  Sentada a la orilla del mar, mi cuerpo y mi mente se sentían en paz y tranquilidad. La fresca brisa abrazaba mi rostro, la sombra de una pequeña palmera me protegía de los rayos de sol. El canto de los pájaros era mi alegría, las olas retumbando contra las rocas mi armonía, la picadura de los bachacos mi amargura. Eso no era lo más importante que allí se encontraba, no era nada de eso; era un ángel. Un ángel que brillaba, irradiaba una luz blanca y cegadora, esa luz yacía sentada a mi lado. Protegiéndome aunque no estaba en sus brazos, simplemente junto a él. Quería abrazarlo, pero temía a que se asustara por mi repentina necesidad de cariño. Alcancé a ver de cerca por unos segundos sus hermosos ojos marrones, eran penetrantes; en ellos vi tranquilidad, miedo, enojo y alegría e inclusive algo de amor;un amor profundo y misterioso. Esa tarde, mi mejor compañía fue la de ese ángel.

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   Un ángel que tiene las puertas abiertas para brindar  amor misterioso a quien lo vea o se saboreé un poco de  su presencia,  verlo te inunda de amor.

   Porque aparte de la compañía de ese ángel no sabía de que yo podía ser una elegida para dar ese mensaje tan maravillo que de seguro traerá esperanza para todos mis hermanos venezolanos , nobles , trabajadores y humildes.

   La necesidad de cariño de aquel ángel era tanta que ahora comprendo su expresión ,era la preocupación al ver tanta maldad multiplicarse y destruir a la nación donde nací y donde estoy viviendo . Aquel ángel no es la solución para mi país , pero si puedo comprender que todos tenemos un ángel y que si los unimos con el amor , solidaridad y principios podremos construir un gran país. En donde podamos vivir como hermanos,  donde no haya etiquetas por ideales , donde dos polos opuestos seamos uno sin necesidad de odio. Comprendo que ese ángel me quería dar este mensaje llegó de la nada, yo solo quería un día diferente y pues lo tuve.

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  Un día donde el sol irradia nuevamente y las esperanzas a flor de piel con esa alegría que se desplaza por todo nuestro ser.

   Y que activa un sentimiento de respirar lo que esta por venir y proclamar ese amor misterioso qué tenia aquel ángel de ojos marrones.

  Satisfactoriamente una experiencia grata, no recuerdo si estaba dormida o despierta lo qué si sé, es que todos tenemos ese don. De que personas celestiales lleguen a nuestras vidas cuando no tenemos opciones ,  ellos  llegan... Y te dicen: "ten , allí está una solución para tus problemas, procura salir adelante."

  Es increíble pero es así , Venezuela hoy más que nunca necesita jóvenes que escuchen la voz de ese ángel, para así luchar por ella mas allá de la violencia.

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