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martes, 7 de marzo de 2017

Niños (as) en situación de calle por hambre en Venezuela

Niños  a merced de la  calle   

    Las calles de  Caracas cada vez están más llenas de niños deambulando  en medio de la nada para proveerse de alimentos que sus familiares no le pueden ofrecer. En la actualidad no hay cifras precisas de esta problemática social, pero su presencia como mendigos, vendedores o dentro de los contenedores  de basura en los alrededores de El  Pinar del Paraíso, Bulevar de Sabana Grande y Quinta Crespo se ha hecho frecuente. 




Neptalí Colina
    Sin una cobija para protegerse del frío, arrinconados en medio de oscuros callejones, con el rostro lleno de polvo e inmundicia; que dejan ver su angustiada situación. Durmiendo en medio de la nada, sobre un cartón o en el piso. A las afuera de las estaciones de metro, en frente de la panadería o debajo de un puente; acompañados por papá o mamá que no dejan de tomar, fumar, drogarse y violentarse y violentarlos toda la noche y, quizás todo el día. Obligándolos a conseguir más dinero y comida para el día siguiente.

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  Ellos siguen ahí, algunos decidieron abrirse camino solo, en medio de la calle y el sinfín de problemas que eso representa.
 Con cara de desconsuelo, hambre, pena y resignación salen a las calles desde muy temprano a recorrer los conteiner de basura, esperando correr con suerte de encontrar un bocado de comida.



  Al pasar las horas, cuando ya se aproxima el almuerzo buscan otra opción, pedir en las entradas de los restaurantes, panaderías, centro comercial o cualquier establecimiento de comida rápida que les permita encontrarse con una persona lo suficientemente generosa que les deje algo al pasar por su lado.
  
Luego llegan las horas de la tarde, donde algunos de ellos buscan dispersarse para tener más oportunidad de conseguir alimentos, en medio de las riñas que se forman entre ellos, donde el más grande o el que ande con papá o mamá en la misma situación tiende a quedarse con la bolsa de desperdicios. Donde buscan con ansias alimentos, ropa o cualquier producto al que ellos le puedan sacar provecho.


   Después llega la noche, momento donde ellos vuelven a rebuscar en la basura, pero esta vez con la intención de encontrar cartones o algún soporte “cómodo”, donde puedan pasar la noche. Aunque, la noche para ellos no sea como la de cualquier otro infante dentro de una familia estable, donde papá y mamá lean un cuento, vean una película y compartan con el pequeño hasta que el mismo se duerma, no ellos en la noche tratan de sobrevivir a todos los problemas que cualquier niño, niña y adolescente pueda estar expuesto en medio de la nada.
  Los niños (as) en este contexto expresan que salen a las calles a trabajar de lo que sea, rebuscar en la basura, mendigar en los establecimientos de comida rápida y en la panadería solo para conseguir comer y no pasar tanta hambre.

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   “Nos vamos de la casa sin comer. Estamos en la calle desde la mañana, durante la tarde y a veces pasamos toda la noche para conseguir más comida y lograr que nos den alimentos y así compartirla entre todos”, relata Isaac de 12 años -nombre falso para proteger su identidad-  quien se rasca la cabeza y se muestra apenado y afligido por no lograr llevar más a la casa.

  Viven en medio de un presente inseguro, el cual se traduce a un día bueno o malo o quizás no tan bueno, donde la cantidad de alimentos que logren conseguir les da esa apreciación de su día en la calle. ¿Será que para ellos existe el futuro?
    “Los días no son tan buenos, aunque hay algunos que si me gustan mucho. Varias veces me dejan platos con carne, arepa y arroz o pizzas, esos son mis días de gloria, pero también hay días donde no consigo nada y nos toca repartir lo poco que encontramos en medio los botaderos de basura entre todos”, concluye Isaac, quien se une a su grupo de búsqueda que pasa los 6 niños (as) en esa situación.
   Un escenario que presenta una realidad que pudiera estar pasando de generación a generación, si no es atendida.  “Lamentablemente… mi hijo no tiene la culpa de haber nacido en esta condición, tampoco yo; que tengo que confesar que desde niña vivo en la calle y de la calle. Vengo de una familia problemática, llena de vicios, donde la calle para mí y mis hermanos fue la mejor decisión”, aclaró María -nombre falso para proteger su identidad- mientras pedía dinero en las afuera del metro de Artigas.
    “No tengo pena de pedir; trato de no escuchar los señalamientos y comentarios de la gente cuando me dicen cosas feas, como: anda a trabajar o sinvergüenza para que tienes hijos. No me importa. Yo, igual tengo que salir a dar la cara por ellos”, reveló la madre del niño en situación de calle que espera sentado en la misma estación de metro donde mamá se dispone a pedir.




   ¿Qué clase de persona es indiferente ante ésta realidad? ¿Qué tipo de individuo pasa frente a ellos y no siente ni el más mínimo deseo de ayudarlos? ¿Y qué tipo de sociedad intenta presentar esto como algo “normal”? ¿Quiénes son los padres de estos pequeños que están a merced de la calle? ¿En qué hogar crecieron, dónde están sus afectos?

   Quizás, personas como cualquiera de nosotros. Que cada vez buscan otro camino para apartarlos. Es así como la realidad golpea con más fuerza; cuando se ignora; cuando se engaña y se es ajeno a una problemática que debería ser motivo de alerta para todos. 

   Probablemente, muchos se llenan de angustia o compasión y les dejan un billete, un pan o tal vez van más allá y le dejan un desayuno en la esquina de la panadería o frente a los conteiner de basuras. Pasan como gente generosas o buenas personas ¿pero realmente el darle un pan al infante que está en situación de calle es la ayuda que este necesite para salir de la misma?

   Desde luego, los ponemos en contexto: En Venezuela, específicamente en Caracas, se ha desatado una ola de niños, niñas y adolescentes que deambulan por las calles en busca de comida, esperando con gran emoción (dentro de su necesidad) los desperdicios en los establecimientos de comida.

  En la mayoría de los casos aún se evidencia no a uno ni dos infantes, suele verse con indiferencia grupos que pasan los 6 pequeños en esta situación, aunque cada vez las autoridades están más alejadas de esta realidad que pide a gritos ser atendida, y que a pesar de los avances que  se habían logrado en este aspecto, en la actualidad se está retrocediendo y tristemente cayendo en los escenarios que muestran a niños (as) en las calles, rebuscando en la basura, pidiendo en los semáforos o en las gasolineras, viviendo de la calle y siendo víctimas de violencia.

   Esto ocurre en Caracas, pero la coyuntura nacional refleja que esto pudiera estar pasando en otros estados, ciudad o en cualquier rincón del país.

 “Los niños en situación de calle no habían sido eliminados por completo. Simplemente los índices se habían reducido; pero ahora vemos que este problema afecta entre 7 y 8 millones de personas que no tienen recursos para darle de comer a sus hijos”, resaltó el sociólogo Eduardo Guzmán.

  La Socióloga-Psicóloga Social, Docente e Investigadora de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Julieta Casó, destacó lo importante de identificar y conocer la única variable que lleva a los niños a las calles, donde también resaltó lo fundamental que es para el niño en esta condición la ayuda institucional.

   “Tomando en cuenta una única variable, pero está sumamente relación a situaciones de pobreza familiar, y la necesidad de buscar sustento en la calle. Darles dinero, no es lo más indicado, lo mejor es una ayuda institucional que pueda formarlos y reintegrarlo a una vida digna en sociedad", expresó la socióloga.

  Por otro lado, indicó lo indispensable que es la aplicación de una política pública que garantice al niño (a) una vida mejor.

   “Las probabilidades van a depender de la correcta aplicación de una política pública que le garantice una mínima calidad de vida, que no lo haga volver a la calle. La vida en la calle no es ni fácil ni agradable, pero para algunos individuos, es la +única opción o la menos mal. El tiempo que dure en la calle permitirá que desarrolle formas de vida que lo hacen sobrevivir en ese ambiente, y puede ser que sienta rechazo a otro tipo de vida, pero todo va a depender de las medidas que se tomen”, concluyó la Docente e Investigadora de la UCV.

 Un día de celebración mundial, el 20 de noviembre fecha en la que se conmemora el momento en la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Declaración sobre los Derechos del Niño en 1959 y la convención sobre los Derechos del Niño en 1989. Por ello, el 20 de noviembre se ha consagrado como el día Universal de los Niños y Niñas.
 Dicha conmemoración es fundamental para resaltar y alertar acerca de uno de los problemas más latentes de la sociedad venezolana, la presencia de niños, niñas y adolescentes en situación de calle.
  En la actualidad ya han transcurrido más de 11 años desde que se aprobó dicha Convención y todos los países del mundo (a excepción de Estados Unidos y Somalia) la han apoyado, destacándose así en concordancia con el instrumento de los Derechos Humanos y todo lo que se relaciona con el bienestar y devenir de la humanidad.  
  Aunque se establezcan convenciones de ésta índole, sigue habiendo casos de infracciones y violaciones de los derechos millones de niños y niñas en todos los países del mundo.
   Es por eso que, en casos como éste, la de niños, niñas y adolescentes a merced de las calles venezolanas lo principal es exhortar a las instituciones públicas y privadas a tomar medidas que respondan a esta problemática y, así puedan unirse al reto al cual fueron llamados en la convención.
   Asimismo, se hace un llamado a la sociedad civil a trabajar en concordancia con los valores humanos y, por otro lado, a no dejar de lado éste contexto que cada día se evidencia más en las calles caraqueñas y de demás estados del país.
  Por otro lado, en el libro “Niños con experiencia de vida en la calle:una aproximación psicológica”, compilado por Manuel Llorens (2005), resaltan: “Desde hace varios años, los niños y niñas que deambulan por las calles de nuestras ciudades nos confrontan con una serie de cuestionamientos e interpelaciones. No sólo nos llevan a preguntarnos sobre el orden social en que estamos inmersos, sino que nos enfrentan a dilemas de orden ético que nos atañen directamente como individuos.
   De igual forma, continúa la obra “¿Qué hacer frente a esa realidad acuciante, que suscita a menudo reacciones cargadas de sentimientos contradictorios? Porque si por un lado se desea salvarlos, por el otro se les teme, se los señala y condena. En cualquier caso, lo que no resulta posible es pasar por alto que ellos existen y que, en la medida que no despleguemos las políticas y estrategias pertinentes, serán muchos más”, advierte el libro.
   
   Es por eso, que la problemática de niños y niñas deambulando por las calles debe tratarse con urgencia para evitar que sigan proliferando más situaciones que signifiquen amenazas para el pequeño (a) y, así trabajar para que esta situación no se incremente en el país.

   Ahora bien, qué pasa con la misión creada por el Ministerio del Poder Popular para la Participación y Protección Social, (MPS) y aprobada por el fallecido presidente Hugo Rafael Chávez Frías, en el año 2008. Misión: Niños y Niñas del Barrio. Propuesta en la que se trabaja con un sector de la sociedad que va desde los cero (0) años a los 18 años de edad, momento donde comienza la juventud.
  
   La viceministra para la Suprema Felicidad Social, Carolina Cestari, declaró en el año 2016 que a través de la Misión Niños y Niñas del Barrio se distribuyó para el mes de noviembre 23 toneladas de alimentos en 445 combos, destinadas a 11.192 niños en 47 urbanismos en Caracas.
   "11.192 niños van a tener su alimento seguro cocinado por las madres colaboradoras de la comunidad. Estamos cumpliendo con la palabra de nuestro presidente, Nicolás Maduro, en el acompañamiento de nuestro pueblo para derrotar la guerra económica, que no va a poder con nosotros", detalló, en una entrevista vía telefónica durante el programa Gestión del Pueblo, de la ministra para el Despacho de la Presidencia, Carmen Meléndez, en Radio Miraflores 95.5 FM.
   También aprovechó la oportunidad para reiterar el compromiso que tiene esa institución con la asistencia social de los necesitados.
   "Vamos a permanecer en el territorio acompañando a nuestro pueblo, trabajando con ellos en todo el tema de la asistencia social (...) Todas las semanas vamos a ir chequeando la distribución de los alimentos", aclaró.

   Por tal razón, se hace un llamado a dicha institución a trabajar en programas sociales que les permitan al niño (a) y adolescente que se encuentren en situación de calle, salir de la misma, recuperarse y lograr conseguir tener una vida plena, donde sus posibilidades de superación sea como la de cualquier otro.
  Esta se  creó con la finalidad de disminuir los altos  índices de niños en situación de riesgo y que se encuentren en la calle, donde es fundamental señalar que  esta la supone que tenían   como “prioridad a los niños que estén en situaciones de riesgos”, lo que en la actualidad no parece ser la urgencia   para dar frente a esta situación y así frenar  la realidad , esa que muestra con frialdad, angustia, miedos, delincuencia, perdición y muertes de los que en un mañana serán el relevo de la  sociedad venezolana.
   Por otro lado, la ministra Meléndez recordó la finalidad y propósito de cada una de las esas fases que se están llevando a cabo a través de la misión.

. "Esa es la lucha que vamos a seguir haciendo y esto que estamos implementando en Caracas debe llegar a otros estados. Vamos a ir urbanismo por urbanismo para activar todo, que nadie se quede sin comer, hay niños que necesitan este sistema de alimentación y serán atendidos por madres colaboradoras que van a estar pendiente", puntualizó la ministra.

  En la actualidad habitualmente los niños que viven en la calle tienen familia y salen a trabajar, la mayoría están en la economía informal   y son el apoyo de su familia. Gran parte de estos jóvenes tienen problemas de adicción y deberían ser sometidos a terapias de recuperación para sacarlos de ese vacío y oscuro mundo de las drogas.

   La Fundación Instituto de Capacitación e Investigación, con sede en Caracas, señaló para el año 2011, que aproximadamente de los 1,6 millones de niños venezolanos que trabajan, 300.000 lo hacen en la economía formal, más de un millón en el sector informal y 200.000 en actividades tales como el comercio de drogas y el hurto.

  La Ley Orgánica para la Protección del niño(a) y del adolescente (LOPNNA) en el art. 3°. Obligaciones Generales del Estado, reivindica el papel del Estado ante estos escenarios “El Estado tiene la obligación indeclinable de tomar todas las medidas administrativas, legislativas, judiciales y de cualquier otra índole que sean necesarias y apropiadas para asegurar que todos los niños y adolescentes disfruten plena y efectivamente de sus derechos y garantías. “

   De igual forma, esta ley exalta los derechos y garantías de los niños (as) y adolescente, cada artículo hace referencia y contribuye al bienestar del infante. Por eso, hacer reseña de la misma para exhortar a las autoridades a tomar las medidas necesarias, donde se trabaje en contra de los escenarios de abandono, desprotección y situaciones desfavorables de los más pequeños, esa es hoy una realidad que merece ser atendida lo más urgente posible.
   
  La vida de estos niños está llena de situaciones de peligro, que los acechan en cada esquina. Sin embargo, es común verlos sonreír, pegar un brinco de felicidad por un obsequio extra o quizás porque alguien los tome en cuenta y hable con ellos, pero basta con verlo fijamente para entender el miedo con el que viven y lo temeroso que es vivir en constante tensión, pero lo que sí es oportuno y urgente es que todo el mundo conozca los riesgos que entrañan ciertas situaciones que los niños y adolescente enfrentan día a día. 

     Ahora bien, qué hacer para afrontar está situación de emergencia y superarla sin dejar de contribuir a ser posible una sociedad más justa, una donde el contexto de niños en la calle no se ha visto como algo normal.

  Se trata de enfrentar la situación con programas que garanticen no solo un plato de comida al infante, sino que el mismo le brinde las herramientas necesarias para que este pueda superarse. Aquí hasta un segundo cuenta, una buena decisión y acción puede salvar una vida.

 También hay que alertar a los que prestan servicios de asistencia como la policía, bomberos, servicios médicos, etcétera a que no dejen de lado a los pequeños y hagan de ellos un ejemplo de buena atención y profesión.

  Por eso, es fundamental entender que no existen personas que no puedan aportar su granito de arena para disminuir o eliminar (en el mejor de los casos) estos escenarios, todos son importantes para cambiar esta triste realidad. Donde el ejemplo primordial lo debería dar el estado venezolano y cada uno de los programas, misiones e instituciones que van destinados a salvaguardar a los pequeños que estén en situación de calle. 

  
Reportaje Preventivo realizado por: Neptalí Colina.
07 de marzo de 2017 
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