Neptalí
Colina
Cuántas
veces hemos caminado por caminos que desconocemos y, que por cierto, no tenemos
ni la menor idea de que hacemos en esa dirección, más aún que rayos buscamos.
No sé cuantas veces me he sentido así, por lo menos yo. No tengo ni idea si ha
ustedes también les pasa. Lo más seguro es que sea así, porque es parte de la vida
echar rienda suelta a las ganas caminar, correr, soñar, y hacer las cosas que
nos provoque y ayude a crecer, como ser humano. Es aquí, donde me llega a la
mente una frase que me ha gustado mucho, creo que tiene algo de sentido. Al
final todos pensamos que tenemos nuestra
vida planeada, y que si hacemos cada paso como lo planificamos llegaremos a
dónde deseamos. A veces la vida poco a poco nos enseña que planificarla no nos
garantizará un resultado positivo, de pronto entendemos que mejor es vivirla
sin tanto parámetro. Bueno, la frase que
les comenté dice así " Vivir a la deriva, sentir que todo marcha bien, volar siempre hacia arriba y pensar que no puedo perder” Roberto Iniesta, seguro sentía que más
importante era vivir, dejando de lado cosas que nos hacen sentir menos que los
demás. Es como correr sin mirar atrás, correr nada más sabiendo que al final te
espera la recompensa de ser ganador.
Caminar a la deriva es bueno, nos enseña a ser
más resilientes frente a las adversidades. Cuando estamos jóvenes tenemos el
tiempo para hacer cosas que no conocemos. Aunque tampoco hay que acostumbrarse
a estar a la deriva, no.
Es como inevitable a veces estar a merced de
lo desconocido, más cuando nos empeñamos en correr sin conocer el camino. Sin
saber cuál es el premio o contra quién competimos. Lo cierto es que nos pasa,
más allá de ser los hombres o mujeres que pretendemos ser técnicamente perfectos.
Hablando un poco de esa perfección que la sociedad se ha encargado de hacernos
creer que es lo esencial en la vida del hombre del siglo XXI.
De
pronto correr hacia lo ajeno no es tan malo, puede ser que llegamos a cosas que jamás creíamos capaz de hacer. Un ejemplo práctico, te idealizaste a la mujer de tus sueños y fuiste a buscarla como un tonto por
todos lados, sin saber que de pronto esos defectos que no iban de la mano con
la mujer que te creaste y pensaste tener para toda la vida no eran más que
complejos y que esa imperfección de aquella a ti te volvería loco. Es un simple
escenario de lo que a veces tenemos que aprender andando a la deriva.
Es cierto: yo también tengo miedo de momentos a las cosas nuevas, mucho miedo. Pero hoy miro hacia atrás y sé que lo que he
vivido en gran parte ha sido desconocido para mí, aunque seguro en ocasiones
sentí que moriría, o que quizás no lo conseguiría. Todo eso lo sé, al
contrario, creo que era habitual y normal tenerle miedo a lo desconocido. Nunca
creí tener tantas ganas de buscar en lo incógnito, nunca me pasó por la mente ir
detrás de lo desconocido, nunca había decidido cumplir mi sueño y todo eso me
generaba temor y que seguro esto que les voy a decir les va a parecer un poco
descabellado, pero pasa que los que no conozco suele ser lo que más me atrae,
es por eso que hoy sé que de pronto mi amor está ahí esperándome en lo que
desconozco. Cuando comprendí eso fue la primera vez que lloré por temor a pender el rumbo de mi vida, después entendí
que el éxito no consiste en conocerse el camino ¡no! Desde luego consiste en
mantenerse de pie ante lo recóndito, eso que nos aterra pero que también es
como un imán que nos une y llama en todo momento.
Experimentar eso que tanto nos da miedo es inevitable, llega al
punto de convertirse en algo fundamental que quizás permita darse cuenta de que a veces los temores no hacen más que frenarnos.
Hoy abordé el camino
hacia lo desconocido. Camino que pronto conoceré bien y podré recorrer sin
tantos miedos. Caminar, correr y soñar a
la deriva es inevitable y también fundamental para todos. Por eso, no lo dudes
y, ve a buscar eso que tanto quieres.
No te preocupes, mejor solo ocúpate hoy de hacer lo quieres, es mejor. Te sentirás mucho mejor. Los momentos a la deriva y los caminos que desconocen no durarán toda la vida y tú no tendrás más que una vida para hacerla y vivirlas.
No te preocupes, mejor solo ocúpate hoy de hacer lo quieres, es mejor. Te sentirás mucho mejor. Los momentos a la deriva y los caminos que desconocen no durarán toda la vida y tú no tendrás más que una vida para hacerla y vivirlas.
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