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miércoles, 16 de agosto de 2017

Venezuela, te extraño tanto


        Venezuela, tengo tantas cosas que contarte, que de pronto no encuentro por dónde empezar. Sabes lo tímido que soy en momentos, cuando de mostrar sentimientos se trata. Te escribo esta carta porque no tengo la fuerza suficiente para continuar mirándote y no dejar de pensarte, llorarte y quizá hasta extrañarte. Sabes nos hacemos viejos y tristemente nos estamos acostumbrando el uno al otro a vivir así. Lo recuerdas, aquellos momentos donde no estábamos tan divididos y todo era tan maravilloso. Yo aún continúo esperando que vuelvan esos días; los reencuentros familiares motivado a la celebración de una fecha especial o esas donde se inventaba una excusa para pasarla bien, comíamos de todo con tanto amor o también poco; pero con el mismo amor. Claro, la unión era lo más lindo de todo. Las salidas hasta tarde, donde pasamos horas juntos en cualquier plaza, malecón o cualquier rincón de ti. Mirarte hoy me duele, ver cómo te han hecho tanto daño me desgarra un poco de ánimo y me lanza al fondo de un hueco, donde, por cierto, tengo que aceptar que te he fallado, he dudado de ti, te he culpado por todo, lo siento, perdóname por eso. Hoy sé que tú siempre has sido suficiente, tanto que hoy puedo decirte con toda la seguridad del mundo que eres mucho para mí.


      Tanto tiempo, hablándonos a través de escritos, que nacen desde la misma desesperación de no verte unida, soberana y principalmente radiante, sin tantas dificultades, que te han llevado a lucir diferente, cuando tú sigues siendo la misma de siempre, muy cansada y abusada tal vez; pero los ambos sabemos que un día no muy lejano todo estará mejor; mejor para ambos y especialmente para todos lo que comparten tu tricolor, llevando orgullosamente el venezolano con pasión y mucha alegría…


           Lo intenté muchas veces, lo admito, busqué desesperadamente la forma de hacerlo. Más de una vez me emocioné con la idea de irme, dejarte, aunque de repente el tenerte tan cerca y a la vez tan lejos me destrozaba los días, las ganas y pensamientos. Era tanta la angustia, y la desesperación que el quererte se hacía más pesado. Lloré, recuerdo que al escuchar tu voz se inundó de lágrimas mi almohada, fueron la hermosa nota del Himno Nacional “Gloria al bravo pueblo”, las que me arrancaron oleadas de pensamientos; pensamientos que acabaron en centenares de lágrimas cayendo una detrás de otra por mi mejilla. Gritándome no me dejes, lucha por mí, no me abandones.

          Desde ese instante comprendí que era inútil intentarlo, aunque me rehusé fervientemente hacerlo. Algunos años pasaron, desde que vi en ti todo lo necesario para alcanzar lo que quiero. Fue así, con las ganas por el suelo y la confianza en ti discutida por todos y, principalmente por mí, que tome una decisión, eso fue toda una certeza en medio de las dificultades que te rodean, y que me han alejado mucho de ti.


       Ahora, luego de todo este tiempo te quiero decir, cuál fue mi decisión aquel momento, donde quizás todavía me negaba aceptar lo que mi corazón anhela. Sólo necesito que sepas que el amor no entiende de momentos difíciles, divisiones y etiquetas. Sólo conoce las maneras de mantener viva la esperanza, el optimismo y las ganas de luchar por lo que se quiere y desea ver bien. Por eso, mi amor sigue ahí, recargado y con más dosis de apego para aumentar la fuerza y continuar hablándonos, conociéndonos y resguardándonos. Me invade la nostalgia.  Tal vez esto lo sentimos los dos.

     Desde hace mucho tiempo llevo esperando el coraje y oportunidad de expresarte lo que siento, pero no había tenido la fuerza suficiente para hacerlo. Tus paisajes tan maravillosos, tus comidas tan exquisitas, esas hermosas playas, las gloriosas notas del Himno Nacional, tu gente y en general todo lo que hace de ti Venezuela un país único, eso me dio la fuerza necesaria para elegir mi destino, que para mí satisfacción sigues siendo tú.

Venezuela, perdóname, te extraño tanto. Estas palabras son suficiente para recordarte que todavía creo en ti y en tu gente. 

       Sabes, entiendo. Tu siempre vas a estar a mi lado, buscando hacerme feliz, como siempre … Hoy entiendo, si algún día me voy de tus tierras, igual estarás conmigo, en mi corazón, en mis venas y en todo lo que me hace ser un venezolano enamorado de su país. 

P.D: Venezuela es única, pronto estaremos mejor.

Escrita por Neptalí Colina

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