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Neptalí Colina
Tengo que llegar rápido a mi residencia. Sí, me dispongo a caminar de prisa, en mis manos llevo una bolsa con 3 pan canillas (los cuales conseguí comprar después de 4 horas de cola). Camino con mucha preocupación, sí desde luego preocupación y tristeza. Son sólo 4 cuadras las que tengo que recorrer para llegar a mi residencia, en la primera de ellas observé a una familia buscando comida en una bolsa de basura de un edificio (por cierto, esas personas no tenían aspecto de vivir en situación de calle). La madre guardaba en un bolso un pedazo de auyama, el padre hacia lo mismo con unos cuantos tomates sucios (los que limpiaba con un pañito), pero éste tenía la cara llena de mucho sucio, acompañada con lágrimas que salían de sus ojos. Por otro lado, los hijos, recuerdo ver dos una niña y un niño, quienes estaban limpios en comparación con sus padres, estos se veían radiantes, ambos comían y no guardaban nada para la casa. Uno de ellos, la niña me miró mientras yo los observaba, sus ojos me pedían a gritos que le diera pan, espere un poco más para ver que sucedía, cuando no pasaron más de 5 minutos fue el niño que me gritó con un pedazo de cambur en la boca “me regalas pan”, yo espera que esas palabras me las dijera la niña, pero no ella solo me veía con una mirada que hablaba por sí sola. Les dejé una canilla aunque sus padres a principios se negaron, ya a lo último de ser yo quien les insistiera en que se quedaran con el pan canilla, cedieron y añadieron lo siguiente “Dios te bendiga hijo”, mientras los pequeños en unos dos mordisco ya habían devorado el pan.
En la siguiente cuadra, ya no era una familia la que rebuscaba entre la basura ¡no! éstos eran alrededor de 10 niños y niñas que dentro de su búsqueda de alimentos en la basura, jugaban con afán, comían con prisa, los alimentos sucios unos hasta podridos se los comían de igual forma.
Ya en la tercera cuadra no era entre la basura que buscaban alimento las personas,en esta era tan solo una señora de unos 65 años aproximadamente. Ella esperaba que los transeúntes pasaran a su lado, muy cerca de ella por cierto, para pedirles con un tono de voz muy bajo (ese que esconde pena, miedo u orgullo hacer escuchado por alguien más), decía una vez más “me regalas algo para comer”, mientras miraba a todos lados como quien trata de disimular.
Llegando a la residencia, pude observar también a dos estudiantes de bachillerato, uno camisa beis otro con azul. Ellos se disponían a agarrar todos los desechos que dejaron los de un puesto de verduras, frutas y otras cosas. Ya al verlos y ellos percatarse de que yo los observaba, disimularon y esperaron a que me adelantara unos dos edificios para continuar agarrando comida entre la basura. La situación que acabo de contarles es parte esa realidad real, no es un show mediático, no lo vi en televisión, digo lo siguiente para limar perezas con algunas personas que parecen vivir en otra parte del mundo menos en Venezuela, personas que quieren dejar de lado lo que se está incrementado cada día en el país, todo para defender un sistema o bien por apoyar al otro.
El hambre en Venezuela pica y se extiende, ya los contenedores basuras cada día están más repletos de personas en situación o no de calle, familias enteras que esperan que los establecimientos de comida rápida, restaurantes, panaderías boten en horas de la tarde los desperdicios. Mientras que comen de forma apresurada, también van guardando para llevar al hogar y tener algo con que llenar el estomago.
Lo que más me llena de tristeza es poder observar con estupor como muchos líderes políticos de nuestro país se han empeñado en decir que en Venezuela no hay hambre, no hay crisis o aún pero ver como se burlan de la crisis haciendo alusión de una dieta, esa dieta que el mismo Presidente Nicolás Maduro, denominó “la dieta de Maduro”. Yo la llamaría la dieta del hambre, porque en Venezuela son muchas las personas que están comiendo una vez al día o simplemente no comen nada.
Las caras del hambre de Venezuela son venezolanos y lamento que ha muchas personas esta situación no les alarme. Por cierto, basta con ver a nuestro alrededor como las personas más cercanas a nosotros han bajado de peso tan rápido. Flaquitos es que están y no es un show mediático es una realidad.
Aquí les dejo una serie de fotografías que muestran toda una realidad:
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"Periodismo es publicar lo que alguien no quiere que publiques, todo lo demás es relaciones públicas". George Orwell
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