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lunes, 18 de junio de 2018

Aprender a estar solo

" La soledad no es tan mala...  Acompáñeme a conocer el  porqué de tal afirmación."


La mayoría de las personas tiene miedo a estar sola, a sentir la soledad como única compañera en los días y noches. Todos creemos en la ingenua idea que estar solo “es ser malo” o simplemente diferente  a los demás. No creo que una persona, que esté sola, se sienta realmente sola. Seguro está acompañada de recuerdos, miedos, ilusiones, reflexiones y grandes preguntas por responder.     A pesar que algunos se pregunten una y otra vez: ¿lo viste? está solo; es como raro. Se ven así, desde la posición de pasar de ser preguntas (desde la crítica), al llegar al punto que excluyen y demuestran una realidad, acompañada de historias inventadas por personas que solo ven sus triunfos a través de comparaciones con sujetos que son considerados por la sociedad como: “fracasados y rechazados”.


  Situaciones como estas son comunes en jóvenes universitarios, más aún en estudiantes que viajan de pueblos a las grandes ciudades a enfrentarse a un entorno (contexto) completamente nuevo, atrevido y bastante divertido para la mayoría.

     Ahora bien, sé que muchos me dirán, “esa es una de las mejores etapas de la vida”. Si, posiblemente es cierto, ésta etapa suele estar llena de desvelos, por la prueba del día siguiente, por la rumbas con los panas, o simplemente de escapadas con la novia (o), al hotel favorito, ese que trae recuerdos de esa primera noche, llena de pasión, de grandes aventuras de experiencias que al final de la noche no evitan sentir la soledad. La falta de familia, todos esos momentos que parecen ser únicos y por cuales en ocasiones extrañamos nuestra infancia, y ni pensar, que de niños anhelábamos ser grandes; ya con el pasar del tiempo solo recordamos, los regaños de nuestra madre, los consejos del abuelo e incluso las discusiones más inútiles con los hermanos, primos y amigos.

     Estas vivencias son necesarias, y experimentarlas es vital para todos, es parte de lo que todo ser humano necesita para  ir creciendo cada día. A pesar de añorar estos recuerdos  “cuando estas solo”, se aprende a lidiar con ellos. Con esto no digo que debemos estar apegados fuertemente a nuestra familia ¡no, solo admito que situaciones como estas suelen extrañarse en soledad!...

     Vivir los momentos de soledad, algunas veces es bueno; si cuando se está solo, se reflexiona, hasta llegar a la acción más valiente que puede hacerse un ser humano así mismo: la autocrítica, esa fuerza y coraje de decirte a ti mismo ¿por qué haces eso, te sientes bien con lo que eres, y en lo que te estás convirtiendo?, ésta acción puede ser más gratificante si logramos dar sus respuestas , para muchos esto parece una locura, pero en lo personal creo todo lo contrario ¿por qué? (porque casi siempre el ser humano busca esas respuestas en los demás), situación que sería un completo desastre (excluyendo a las personas que están preparadas profesionalmente para atender dichos casos).

      Las preguntas deben hacerse desde  el interior de nuestro ser, en esos momentos donde la soledad logra arroparnos (las 24 horas del día), y  continúa   extendiéndose en nuestros días, llenos de dolor y recuerdos.

     Es una ventaja estar en soledad; ya que incluso en estos silenciosos y oscuros momentos se puede emprender un camino hacia el cambio, digo cambiar, porque no creo que alguien mejore ciertas actitudes, lo ideal sería siempre estar abierto al cambio para mejor. Cuando se logra cambiar, se es espontáneo, nada de actuaciones innecesarias, se vive teniendo la seguridad  que grandes aprendizajes dejan como recompensa “el cambio para bien, es lo que se espera”. Estos cambios logran hacerte una persona blindada de coraje, es de aquí donde nace el dicho, “las personas son malas porque en un pasado fueron muy buenas”, no es que sean malas, solo que todo su accionar frente a los demás es consciente y minucioso, porque están siempre alertas para evitar ser heridos nuevamente.

     Acaso no nos pasa que frente a éste tipo de circunstancias pretendemos decir, que está bien “eso les pasa a todos”. Tal vez si, pudiese creer que dentro de todo ese conflicto interno pueda nacer un  lindo aprendizaje, después de todo “es necesario caer para saber levantarse, sentir la tristeza para poder vivir la felicidad a plenitud”. A lo que quiero llegar con esto, es que circunstancialmente vamos a cambiar por enfrentar situaciones inesperadas, incomodas y hasta dolorosas.

     La otra versión de la soledad, es la que suele ser más reforzante  y más común, por ejemplo: suele pasar que estamos dentro de una situación molestosa, conflictiva contigo mismo, donde solo quieres que te trague la tierra , para no enfrentarla , en esas situaciones estamos abandonados físicamente (aseo personal descuidado) chivudos, con esos puntos negros en la cara, con la peor ropa de nuestro closet y sin un bolívar en los bolsillo, solo pides a grito que no te consigas a nadie conocido en la calle, donde caminas con precaución para no tropezar a nadie , ni ser tropezado por los demás para evitar ser visto (visto detalladamente).

     En esas situaciones suele pasar que nos encontramos con todas las personas que conocemos, hasta esas amistades lejanas  que creías pensar que jamás volverías a ver, salen de donde tú no lo imaginas, a pesar que esté atento mirando a todos lados. Es algo gracioso y crees traumarte  por momentos. Pero yo no me refería a eso, sino a situaciones más profundas, esas que parecen ser el final, son esos momentos donde experimentas cuán valiente eres, por ejemplo, vas por la calle y para tu sorpresa te atracan de forma violenta (donde los afanadores no se llevan nuestra ropa, porque no es de su talla).

     Después de esa escena empieza a crecer en nuestro interior esa soledad acompañada de impotencia y un fuerte odio, que no solo va en dirección al afanador, sino al mundo. Sin embargo, en esas situaciones se puede llegar a tener grandes aprendizajes y cambios positivos para nuestra vida.

     Una situación que me dejó una gran enseñanza, la cual experimento cuando creo que el mundo me da la espalda, es la siguiente: Un día normal, un poco tenso por full de tareas que estoy, llega la hora de salir a universidad, suena el teléfono, es de casa, mi mamá está enferma, perece ser una situación complicada, mi estado de ánimo cambia completamente, empiezo a crear infinidades de pensamientos en mi cabeza, los cuales no suelen ser, positivos o no en su mayoría.

      Ya llegó el metro, corriendo abro espacio para montarme, al fin me  pude ir, retraso,  no sé por qué, y tampoco quiero saber el motivo; solo quiero llegar a la universidad.

     Al llegar a la universidad, la cola para subir en el ascensor es horrible, por fin decido subir por las escaleras, respiro profundo, después de subir al piso ocho (no dejo de pensar en mi mamá), por fin llegué, permiso profesor, disculpe la hora se me hizo tarde. Bueno puede tomar asiento, igual le quedan 10 minutos para que entregar la prueba… ¡Una completa locura!

     Situaciones como esas te hacen sentir como la persona más apartada del mundo, suelen ser muchas complicaciones que te retuercen de la irá.

     Luego de un día fatal, llega una noche tensa (donde ya sabes que tu mamá está mejor). Sin embargo, empiezas a preguntarte ¿por qué a mí me pasan esas cosas? Ahí,  es donde caemos en el error más común, buscar respuestas en las demás personas, personas que quizás no tienen ni las mínima idea de lo que fue tu día, de cómo te sientes y de cómo te gustaría sentirte. Las respuestas son tan obvias, tales como: “la vida es así, son cosas de la vida o las más cruel de todas, eso les pasa a todos”.

     Porque de un tiempo para acá, he empezado a preguntarme ¿la vida es así, o nos hemos acostumbrado a creer que tiene que ser así? , por eso, en esas circunstancias no busques respuestas en las demás personas, solo busca ese espacio donde puedas conversar contigo mismo (privacidad), no una conversación en tono de reproche, sino de silencio, donde escuché, reflexioné y lloré o reí, dependiendo de a donde se incline el estado de ánimo, parece un poco descabellado pero la mayoría de veces empezamos llorando a lagrimas sueltas, pero ya en un final tendemos a reírnos (risas llenas de dolor, de impotencia, de angustias). Todo esto es parte del crecimiento del resultado de la  superación de cada una de las etapas de la vida.

     Volviendo al tema de soledad ¿es ésta compañera, acaso una mala acompañante? No, no lo creo, porque solo en ella es que nos conocemos a profundidad; cuando solemos tenerla en el asiento de al lado, nos paseamos por nuestro ser interior, buscando respuestas que son fundamentales y necesarias para crecer, o simplemente en el peor de los casos, para quedarnos estancados y caer al abismo de la soledad, sin retorno, sin ningún tipo de enseñanza, todo lo contrario.

     En la soledad caemos en errores, que se repiten una y otra vez, unos con mayor impacto, otros más leves pero errores al final del camino estos también te dejan la experiencias, ese conocimiento empírico que te hace grande o bajo como ser humano, lo ideal sería que te hiciera grande, que te haga crecer humanamente, aumentar tu fe, ayudándote así aumentar la seguridad en ti mismo.

     Otro conflicto que nace en la soledad, es el encierro o esa vil idea que debemos quedarnos solo para toda la vida, por no tener una buena experiencia, hay personas que se encierran en ese cuarto oscuro, y no se permiten encender ninguna luz, la esperanza poco a poco se desvanece. Ésta  situación es parecida a la que ilustran en la canción y video de la banda de Rock Mana (En el muelle de San Blas), canción que relata la  historia de una mujer que se quedó sola esperando a su amor para toda la vida en un muelle; es de ese encierro el que les hablo. Es una historia combinada con amor, esperanza y sentimientos puros. Los cuales en casos específicos dejan a las persona encerradas en su verdad.

     También está otro tipo de soledad, que para mí, es el más doloroso; ya que parte de la tragedia, de esa forma cruel de la muerte de demostrarte su supremacía.

     Tener pérdidas familiares, esa es para mí, una de las formas más violentas de la vida de arrojarte de lleno a la soledad, a un tipo de soledad que suele combinarse con muchos sentimientos, como: odio, angustia, miedo, tristeza y una experimentación de muchos sentimientos. Donde el estado de ánimo suele ser como un tobogán.

    Este tipo de soledad suele estar acompañada, aunque suene un poco loco, sí acompañada, porque suelen ser en esas situaciones donde todos quieren visitarte, pero ninguno se digna a acompañarte, a escucharte sin emitir conclusiones a priori.

       Algo muy parecido me paso en la secundaria, cuando estaba en segundo año, que como todos en la etapa de la adolescencia tenemos a esos amigos inseparables, bueno uno de ellos admirable y respetado de mi parte, Josué R, a quien me permití mencionarlo; ya que con solo ser un estudiante de secundaria, mi compañero y gran amigo pierde a su hermana, quien además era para mí, una gran amiga. Con solo unos años más de vida que nosotros, su viaje en el mundo terrenal se le termina.

     Cuando Josué, se entera de tan inesperada noticia cae en la soledad, en esa que les comenté que suele ser acompañada, porque recuerdo como si lo hubiese vivido ayer, ver el rostro de mi amigo cuando llegaba a mi casa, solo me dijo” hermano…¡ Ana María se murió!...

     Eso fue suficiente para verme en medio de una situación, para cual, no estaba preparado (para esta experiencia nadie se prepara, solo sucede, se vive y se aprende). 


     También recuerdo que ni respondí, me quedé como en otra dimensión, tratando de asimilar tan dolorosa noticia.
 Al pasar unos minutos, recuerdo que Josué me dijo que lo acompañará en su bicicleta.
     
   Yo en ese momento pensaba en lo duro que puede ser la vida.

 De camino en la bicicleta, recuerdo que fuimos al cementerio, él mi amigo solo veía hacia donde estaban haciendo el hueco para sepultar a su hermana. Algunas lágrimas se asomaban y corrían por su rostro. Esa es una soledad acompañada, yo estaba, pero era como si no estaba ahí.


 Creo en la soledad como una serie de pasos que todo ser humano tiene que ser capaz de dar, para crecer, aunque en ocasiones creamos que se trata de una cuestión de estar apartado del mundo, de no encajar con los demás, incluso se llega a pesar que somos diferentes, que nacimos en la familia equivocada, que el entorno familiar, de amigos, la escuela, y todos en general no pertenecen a lo que un día uno soñó, a lo que se quiere.


 Es uno de los conflictos que empeoran la situación, si esa serie de pensamientos no ayudan, pero no experimentarlos es imposible, es necesario vivirlos saber cómo enfrentar futuras situaciones similares.


 No he conocido a nadie que no haya estado en soledad, si por lo general suele ser muy fácil saber cuándo una persona ya ha vivido esta circunstancia, porque tienden a no tener miedo a estar sola, que fingen no importarles el caer en situaciones de soledad, por los motivos que sea, suele ser una persona con un optimismo extremo, es una cosa que va más allá de la autoestima, y de momentos algunas suelen pasar como egocéntricas frente a los demás. 

 Otro tipo persona que pare usted de contar cuantas veces han experimentado la soledad, que suelen volverse tóxica para los demás. Son ese tipo de persona que viven en una oscuridad (exterior/interior), es como si tienen una nube negra encima de ellos y, también parece que vivieran en una tormenta, siempre tienen problemas, son negativas y por lo general cualquier actividad les da pánico.  


  A ese tipo de persona es necesario mantenerla a una distancia razonable o simplemente apartarla de nuestro entorno, de nuestra vida ¿por qué? Simplemente no se aprende nada bueno de ellas, todo lo contrario, esas personas contaminan la vida, tus pensamientos, relaciones e incluso llegan a interferir en la forma en cómo te valoras a ti mismo. Lo más triste de esas personas es que la luz de otras personas la llenan de odio, un odio primeramente para ellos mismo; ya que se sienten inútiles y fracasados, por otro el lado un odio hacia las personas que brillan por luz propia, por lo que en ocasiones llegan a odiar a todos los que lo rodean incluyendo a familiares.

Bueno eso fue todo, por ahora. Me despido esperando que les haya gustado el escrito. También los invito a dejarme su opinión acá bajo. Saludos!

4 comentarios:

  1. La soledad es la mejor compañera en la que puedes confiar plenamente, para conocerte, amarte y contarle tus mas profundos recuerdos y secretos

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    1. Es así, parece loco, pero yo me siento cómodo estando solo en ocasiones es necesario para uno mismo. Gracias sra. Marisol.

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  2. Muy bueno Nepta! Tienes mucha razon, en cuanto al ultimo parrafo esas personas debemos quitarlas de nuestro lado porque atraemos lo que pensamos y si siempre oimos cosas negativas es lo que tendremos en mente y es lo que vendra a nosotros...

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    1. Gracias Elizabeth, tenemos que rodearnos de personas que estén en la misma onda que nosotros. Nada de gente tóxica. Saludos!

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