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sábado, 12 de marzo de 2016

El PLANETA QUE HABITAMOS NO ES DE NOSOTROS, ES UN PRÉSTAMO DE NUESTROS DESCENDIENTES...

 “Conocer los límites de desarrollo y capacidad del ecosistema; es el primer paso para lograr el equilibrio en el planeta que vivimos”.


Resultado de imagen para IMÁGENES DE EL PLANETA TIERRA Y COMO ESTA SUFRIENDO


 ¿ Pero quién realmente se preocupa por el planeta? o por lo menos , en garantizarle un mundo mejor a sus  hijos , nietos y a toda la cadena familiar. 


¿ Quién se preocupa a largo plazo por el planeta? Ese que en un futuro será el de su descendencia...
         

     


             Cuantos nos hemos detenido a pensar un poco en el planeta que vivimos.  A ver lo cambiado que esta, a oler lo desagradable que a veces sopla el viento, a ver los árboles, los ríos y sus aguas. No creo que muchos...

            Para nadie es un secreto lo mal que nos portamos con el planeta, lo inconsciente somos, y para ser honesto, creo que a la mayoría de las personas le vale un carajo el planeta; ya que actúan de forma agresiva, tanto así, que llegan al punto de ser inhumanos, no sienten por el planeta, ese que un futuro habitaran sus hijos, nietos y bisnietos ( toda la descendencia). Razones para cuidar el planeta en que vivimos sobran, pero esta debería ser la primera, por la cual empecemos a reflexionar, a tener conciencia sobre nuestro planeta tierra; y su situación en la actualidad, la cual parece ir empeorando con el pasar del tiempo.

         El club de Roma, dio a conocer su hacendoso trabajo” Límites de Crecimiento” en los años setenta (libro que marca pauta), y en la actualidad parece ser productos de grandes investigaciones, su crítica primordial es que vivimos y trabajamos en un ecosistema mundial infinito, el cual ha vuelto a convertirse en un tema de actualidad; ya que para muchos no es un secreto lo sobre-poblados que está el planeta tierra, y esto es solo el comienzo de una apariciones incontroladas de problemas, las cuales alcanzarán ritmos tan alarmantes que seremos incapaces de controlar.

     Ahora bien, cuando se habla de estos temas es de vital importancia hablar sobre las expectativas de los seres humanos; ya que: “somos  los principales causantes de dicha situación”, pero al vernos, solo pensamos y trabajamos para el bien de nosotros, algunos se “esfuerzan” y traban por el bienestar de la comunidad, de la ciudad y de un país ¿ pero quién realmente se preocupa por el planeta? o por lo menos , en garantizarle un mundo mejor a sus  hijos , nietos y a toda la cadena familiar ¿ quién se preocupa a largo plazo por el planeta, ese que en un futuro será el de su descendencia?, es una situación compleja e inconsciente que demuestra una realidad, que al parecer en el libro antes mencionado, los autores frente a sus investigaciones y resultados, ya veían venir todos estos acontecimientos.

     Sin embargo, al mundo hoy, no le inquieta los “límites del crecimiento”, al pasar el tiempo somos más consciente de los efectos del crecimiento para el clima y el ecosistema. A saber, países como China, La India y EEUU necesitan un crecimiento anual de 10% para resolver los problemas económicos, sociales, ecológicos; esto no representaría un problema o no tan grave si estos fueran países como Luxemburgo, Singapur y hasta inclusive como Brasil. Al crecer la población en estos países donde la demanda mundial de materia prima, energía, alimentos depende de países como China y la India, donde la población total, entre los dos, es de 2.500 millones de personas, la demanda de todos los aspectos mencionados se dispara a un nivel escalofriante, las subidas de precios ¡son alarmantes! Es de aquí, donde se evidencia la acción específica de lo que sería una escasez en un futuro.  Este es solo un ejemplo de lo que esta pasando en el mundo entero, no con gran impacto como estos países, pero si a su vez contribuye a la devastación del planeta tierra.


    La naturaleza del crecimiento exponencial, citando al capítulo I, del Libro Límites del Crecimiento. La importancia de demostrar en cómo afecta al planeta ese crecimiento exponencial de la población, lo que a su vez sería también: crecimiento de los recursos, de la materia prima, alimentos, etcétera. Este aspecto representa una subida a gran velocidad de todos los recursos que nos brinda el ecosistema, y de los cuales nos empeñamos en hacer uso sin conciencia.


     En efecto, el vídeo “Caracas, Crónica del siglo XX” demuestra un poco la realidad de lo cambiante que somos los seres humanos y de cómo fueron los cambios en forma de vida de la Ciudad de Caracas a lo largo del siglo XX. Este portentoso documental muestra de manera rescatada la expansión física, el crecimiento demográfico y todos los cambios de la ciudad. Además de esto, es necesario analizar el documental de manera minuciosa; ya que mucho del gran rescate del mencionado vídeo nos ayuda a comprender la estructuras que había en aquellos tiempos como la Caracas de los Techos Rojos, el mercado de la Plaza de San Jacinto, casas coloniales, inclusive las hoy parroquias Petare y la Pastora, que durante esa época fueron caseríos. También yendo un poco más a profundidad, el filme ilustra la historia de lo que fueron los fenómenos de los gobiernos neoliberal y popular, que hicieron de Caracas (Venezuela), una caja de privilegios para pocos y un mar de desigualdades para muchos, esos gobiernos fueron los que construyeron aquellas casas, que ahora son cerros, por la oligarquía solo le importaba el petróleo para sus propios interés, ellos no le paraban a los más necesitados o bueno si, solo para menospreciarlos y hacerlos ver como simples indignos de su atención. 


     Esos son algunas reflexiones que fluyen luego de ver el documental. Algo que hay que resaltar en relación al crecimiento exponencial es el factor del tiempo, de todo el crecimiento de la población mundial (ejemplo, de china) y de lo importante que es conocer nuestro planeta, su capacidad y nuestro desarrollo para llegar a un equilibro del ecosistema, donde todos sean conscientes que el planeta tierra no es de nosotros, este es un préstamo de nuestros descendientes (hijos, nietos, bisnietos).


    Yo, quiero un planeta verde ¡que irradie vida!... 

  
 Un planeta donde estemos felices, sin hacer sufrir a los demás, donde seamos consciente y vivamos en fraternidad con el planeta tierra...

 Empecemos por nosotros mismos, y seamos agentes de cambio para el bienestar de todos.





Neptalí Colina
Caracas, 12 de marzo del 2016



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